Antonio Sánchez es el alma mater de Bodegas Toro Albalá. Químico, enólogo y con una visión diferenciadora del mundo de los vinos generosos andaluces, ha sido un revolucionario desde los años sesenta. Tras formarse en la escuela francesa de Bordeaux, volvió a su tierra para dar un giro de calidad a los Pedro Ximénez de Montilla-Moriles, encontrando su valor, único y característico, en los vinos de añada.
Calificado por Wine Advocate, la revista más importante en el mundo del vino, como: “idealista, emprendedor, bodeguero con un carácter auténtico … un cerebro brillante de las ideas de Toro Albalá … un inusual en las bodegas de Montilla-Moriles”.
Su conocimiento desde la niñez del terroir andaluz y del mundo del vino europeo le perfilaron en un autor clásico con toques modernos. Sus vinos presentan la finura de los Pedro Ximénez y, a la vez, trasportan a universos lejanos con elegancia y exquisitez, donde el tiempo tiene la última palabra.
Tradición, delicadeza, cariño, investigación y esfuerzo se transmiten en cada botella, como si de historias de vida se trataran. El legado de Antonio Sánchez, inseparable de sus gafas y gran aficionado al coleccionismo y la arqueología, no nos brinda solo la creación de joyas enológicas, sino también, la expresión de una manera diferente de entender la cultura del vino.