Vino dulce de uva pasificada Pedro Ximénez recogida a mediados de agosto y tendida al sol para concentrar todos sus azúcares. En esta cosecha se dieron temperaturas tan elevadas que en cinco días estuvo completamente asoleada. Tras el prensado se obtuvo un mosto dulce y se dejó reposar más de un año. El resultado es un vino dulce y sedoso que enamora a quien lo disfruta.
D.O.P. Montilla-Moriles.
Ámbar con ribetes cobrizos. Intensidad media, en el que son protagonistas los aromas primarios de la variedad Pedro Ximénez pasificada, como pasas, higos y miel. Su aroma recuerda también al caramelo y descubre el frescor vegetal del raspón. Entrada dulce, sedoso paso por boca y moderada acidez.
Acompañamiento ideal de postres, tarta de queso y chocolates.
